Cuando Dios abre tus ojos

Pasos Audaces en esta semana

“Entonces Eliseo oró: «Señor, ábrele a Guiezi los ojos para que vea». El Señor así lo hizo y el criado vio que la colina estaba llena de caballos y de carros de fuego alrededor de Eliseo.” (2 Reyes 6:17).

Un amigo mío compró hace poco un coche usado que, la verdad, se veía espectacular por fuera: pintura nueva, interior impecable, poco consumo . . . todo parecía perfecto. Pero cuando lo llevó al mecánico, ¡sorpresa! El motor tenía problemas serios que no se veían a simple vista. Lo que parecía una buena compra, estaba a punto de fallar.

Y así pasa también en la vida, ¿no? A veces todo parece estar bien por fuera, pero por dentro hay cosas que no están funcionando. Ni siquiera nos damos cuenta de que estamos al borde del colapso hasta que Dios nos muestra lo que realmente está pasando en nuestro interior.

Me recuerda a esa historia en 2 Reyes 6, cuando el criado de Eliseo se despierta y ve que están rodeados por un ejército enemigo. Se asusta, pero Eliseo está tranquilo porque ve algo que su criado no ve. Entonces ora: “Señor, abre sus ojos”, y de repente el criado ve los cerros llenos de caballos y carros de fuego—el ejército celestial de Dios listo para defenderlos.

Eso es lo que pasa cuando empezamos a ver como Dios ve.

El Evangelio es como una luz que revela lo que no podemos arreglar solos. Nos muestra que, aunque por fuera parezca que todo va bien, por dentro necesitamos desesperadamente la gracia de Dios. Jesús no vino solo a darnos una manita de gato. Vino a transformarnos desde lo más profundo. Su muerte y resurrección hacen posible una vida nueva, pero solo si dejamos de confiar en lo que creemos que es “suficientemente bueno” y le permitimos mostrarnos la verdad sobre nosotros mismos.

Tal vez hoy sientes que algo se está desmoronando por dentro—espiritualmente, emocionalmente o en tus relaciones. Y está bien admitirlo. Porque justo ahí, en medio del quebranto, es donde Dios te encuentra. No ignores las señales. Pídele que te abra los ojos, que te dé claridad y te guíe hacia la sanación y la plenitud. Lo que Dios revela, Él también lo puede redimir.

Oración:

Señor, abre mis ojos. Ayúdame a ver más allá de lo superficial, más allá del miedo, la culpa y las distracciones, para poder percibir la realidad más profunda de Tu presencia y Tu verdad. Quita las vendas espirituales que me mantienen estancado y dame una visión clara de quién eres Tú, quién soy yo en Ti, y lo que me has llamado a hacer. Gracias por el evangelio, que trae luz a mi oscuridad. Quiero vivir con los ojos bien abiertos a Tus propósitos. En el nombre de Jesús, amén.

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Información sobre el ministerio de Mark

Cuando estuve visitando a mi mamá en España este julio, nos dimos una escapadita de dos horas a Burgos para visitar la tumba de mi papá. Él está enterrado en un cementerio a las afueras de la ciudad, donde vivió 20 años de su vida amando a las personas y compartiendo el Evangelio. En la piedra sencilla que marca su lugar de descanso están grabadas las palabras de Filipenses 1:21: “Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia”.

Mi papá se entregó al Señor cuando tenía 17 años, en un evento de Juventud para Cristo. Unos años después, él y mi mamá respondieron al llamado de ir a las misiones. Desde sus veintitantos hasta los 60 años, vivió lejos de sus padres, su familia extendida y su país, todo para compartir las Buenas Noticias.

Cada vez que visito su tumba, me gusta contarles a mis hijos su historia y tomar un momento para orar por la ciudad de Burgos. Oro para que el legado de nuestra familia—vivir con propósito y en misión para Dios—siga adelante y deja una huella duradera.

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