Llegar a la meta

Pasos Audaces en esta semana

“También vino esta palabra del Señor por medio del profeta Hageo: «¿Acaso es el tiempo para vivir en casas lujosas, mientras esta casa está en ruinas?»”. (Hageo 1:3–4).

En algún momento de nuestras vidas, hemos recibido una visión clara de parte de Dios. En esos momentos, sabíamos cuál era nuestro llamado, propósito y la dirección que Él mostraba. A lo largo del camino, sin embargo, el desánimo y las distracciones de la vida se infiltraron y pospusimos lo que fuimos llamados a hacer. Si esto te suena familiar, tengo buenas noticias: Dios anhela restaurar Su visión y reavivar Su propósito en ti.

Después de regresar del exilio, los israelitas comenzaron a reconstruir el templo en Jerusalén. Lamentablemente, pronto abandonaron el proyecto por la oposición de los enemigos, las dificultades personales y el cambio en sus prioridades personales. El libro de Hageo cuenta que, durante catorce años, vivieron con asuntos pendientes. Continuaron sus vidas diarias, sin darse cuenta de que su desidia los estaba matando espiritualmente.

Como resultado de tal negligencia, Dios envió a un profeta. Hageo despertó sus corazones y los ayudó a realinear sus prioridades. Los desafió, además, a buscar lo mejor de Dios en lugar de conformarse con menos. En respuesta a su mensaje, Dios “despertó el espíritu” de los líderes y el pueblo. Se arrepintieron, dejaron de lado las distracciones y reanudaron la obra que habían abandonado. ¡En tan solo cuatro años, el Templo quedó terminado!

Se pierde la motivación cuando perdemos la visión. Los israelitas habían olvidado la importancia de su trabajo. Cuando Dios conmovió sus corazones, se unieron para reconstruir Su casa. Muchos de nosotros comenzamos con fuerza en nuestro camino de fe, pero a menudo dejamos que las distracciones, el miedo o la complacencia frenen nuestro progreso. Espero que el mensaje de Hageo te recuerde que debes:

1. Reevaluar tus prioridades: ¿Estás poniendo tus objetivos personales por encima de la misión de Dios?
   
   
2. Actuar inmediatamente: ¿Qué paso de obediencia has postergado y debes dar hoy?
   
   
3. Confiar en la presencia de Dios Él está contigo cuando te comprometes con Su obra.

El profeta Hageo continúa desafiándonos a dejar de posponer las cosas y a perseguir la misión que Dios nos ha encomendado. ¡No hay tiempo que perder! Pregúntate ahora, “¿qué asuntos pendientes debo retomar hoy?”.

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