This site uses cookies to provide you with more responsive and personalized service and to collect certain information about your use of the site. You can change your cookie settings through your browser. If you continue without changing your settings, you agree to our use of cookies. See our Privacy Policy for more information.

“ Puesto que nosotros estamos recibiendo un reino inconmovible, seamos agradecidos. Inspirados por esta gratitud, adoremos a Dios como a él le agrada, con temor reverente,” (Hebreos 12:28).
Hace algunos años, mientras trabajaba en el sur de Francia, mis compañeros y yo solíamos ir a la playa después de largas jornadas en el restaurante. Una noche, sin pensarlo mucho, me lancé al mar. Las olas estaban oscuras, misteriosas . . . y yo las subestimé. En segundos, me vi atrapado por su fuerza. Me zarandearon, me arrastraron hacia abajo, y por un momento, no sabía si saldría vivo. Luché, jadeé, y finalmente logré volver a la orilla. Estaba empapado, temblando . . . y profundamente consciente de que había estado en mucho más peligro del que imaginaba.
Esa experiencia me marcó. Y con el tiempo, entendí que se parece mucho a cómo tratamos a Dios. A veces lo reducimos a algo cómodo, manejable, como un amuleto de buena suerte o un “abuelo bonachón” celestial que está ahí para bendecirnos cuando lo necesitamos. Pero la Palabra nos recuerda algo muy diferente. Hebreos 12:28 dice que adoramos a “un fuego consumidor”. Dios no es domesticable. Es santo, soberano, majestuoso. Sí, es bueno, pero también es peligroso en el sentido más reverente y glorioso. Su santidad exige respeto, asombro, y una entrega total.
Los primeros lectores de la Carta a los Hebreos estaban tentados a volver atrás, a sus viejas costumbres. Y es que, seguir a Jesús les costaba. Nosotros también podemos desviarnos sin darnos cuenta. Todo comienza cuando perdemos de vista al Jesús verdadero. Algunos lo ven como un maestro más, al nivel de Gandhi o Martin Luther King Jr., pero la Biblia nos dice que Él es mucho más: el Hijo de Dios, la imagen misma del Dios invisible.
También nos desviamos cuando mezclamos a Jesús con otras ideas: pluralismo, materialismo, relativismo. Le echamos un poco de “Jesús” a nuestras recetas espirituales caseras, pero eso no es el evangelio. Solo hay un camino al Padre, y es Jesús. Seguirlo te distinguirá. Puede incomodar a otros. Pero el camino angosto es el único que lleva a la vida.
Así como el mar me recordó que no todo lo que parece tranquilo es seguro, hoy quiero recordarte que Dios no es pequeño ni manejable. Es glorioso, santo, y digno de toda nuestra adoración. Que nunca perdamos de vista quién es realmente Jesús.
Desafío de Pasos audaces:
Haz tiempo esta semana para preguntarte honestamente: ¿Estoy siguiendo al verdadero Jesús o mi propia versión de Él? Identifica un aspecto en el que has "empequeñecido" a Dios o lo has mezclado con otras creencias. Confiesa tu visión y permite que se muestre a ti, tal como Él es.
Oración:
Señor, perdóname por ser tan indiferente contigo y por vivir una vida muy cómoda. Ayúdame a verte como lo que realmente eres: Santo, Soberano, Omnipotente. Enséñame a vivir en reverente admiración por ti. Protege mi corazón y ayúdame a que no se desvíe. Fija mi mirada solo en ti y en tu Hijo Jesucristo. Amén.

En el mes de agosto, reservé unos días para leer, uno por uno, los nombres de cada nuevo estudiante del Instituto Bíblico Moody. Fueron cientos de estudiantes, incluyendo a más de 50 estudiantes internacionales. Mientras lo hacía, sentí nuevamente esa carga profunda que me ha acompañado durante los últimos dos años de invitar al personal de la comunidad de Moody a que se unan y juntos ayunemos y oremos por cada nuevo estudiante. Creo que hay una batalla espiritual para ganar el corazón, la mente y el alma de los jóvenes líderes de esta generación. La lucha es intensa y la dimensión espiritual solo se puede ganar doblando rodillas. Como dijo una vez Dwight L. Moody: “Prefiero saber orar que ser un gran predicador; Jesucristo nunca enseñó a sus discípulos a predicar, sino solo a orar”.
Un estudio devocional de 30 días con Mark Jobe
Como seguidores de Cristo, nuestra fe es esencial para saber quiénes somos. En Pasos Audaces tenemos como objetivo principal ayudarte a avanzar firmemente en tu caminar con Dios, paso a paso.
Es por eso que, junto a todo el equipo de Hoy en la Palabra, hemos creado Pasos Audaces con Jesús, un estudio devocional de 30 días. Con este nuevo recurso podrás conocer las perspectivas que el Dr. Mark Jobe ha desarrollado en su larga trayectoria pastoral. Además de ser el actual presidente del Instituto Bíblico Moody, Mark es anfitrión del programa de radio Pasos Audaces. Esta reflexión devocional diaria te ayudará a mantener tu mente centrada en la Palabra de Dios y tus ojos enfocados en Cristo. Confiamos que tu corazón se renueve y tu fe se fortalezca, a medida que caminamos juntos en este desafiante viaje de 30 días.