This site uses cookies to provide you with more responsive and personalized service and to collect certain information about your use of the site. You can change your cookie settings through your browser. If you continue without changing your settings, you agree to our use of cookies. See our Privacy Policy for more information.
"¿No ves que desprecias las riquezas de la bondad de Dios, de su tolerancia y de su paciencia, al no reconocer que su bondad quiere llevarte al arrepentimiento? Pero por tu obstinación y por tu corazón sin arrepentimiento sigues acumulando castigo contra ti mismo para el día de la ira, cuando Dios revelará su justo juicio."
(Romanos 2:4–5).
Imagina que estás en la playa bajo el sol, contemplando las aguas tranquilas y en calma. De pronto, el socorrista hace sonar su silbato, advirtiendo a los bañistas de que se ha formado una peligrosa corriente submarina, pero la mayoría la ignora porque todo parece estar bien. Lo que no ven es que, bajo la superficie, la corriente se intensifica silenciosamente. Al principio es sutil, pero con el tiempo, empieza a arrastrar a la gente hacia abajo y, para cuando se dan cuenta del peligro, ya es demasiado tarde.
El panorama espiritual de Roma en la época del apóstol Pablo se parecía mucho a esa playa: tranquilo en la superficie, pero peligrosamente engañoso en el fondo. Para quienes lo observaban, era una ciudad impresionante con su riqueza, poder político y orgullo filosófico. Pero bajo la superficie se escondía una sociedad espiritualmente confusa y moralmente corrupta. Sí, era similar a la de nuestro mundo moderno.
Fue en ese contexto que Pablo escribió una carta a la iglesia romana que no era solo teológica, sino profundamente personal. Escribió a personas que se habían convencido de ser "suficientemente buenas" por ser religiosas. Por eso, Pablo les ofrece una verdad edificante: la religión sin arrepentimiento es vana.
Muchos de nosotros hoy en día tenemos esa misma mentalidad al pensar que no somos tan malos como los demás y que, por lo tanto, debemos estar bien. Sin embargo, Pablo rápidamente desmonta esa mentira, señalando que cuando nos comparamos con otras personas, solo demostramos nuestra propia culpa, porque hacemos exactamente lo mismo.
Seamos religiosos o escépticos, ricos o pobres, morales o inmorales, todos necesitamos misericordia por igual. Aquí está la buena noticia: Es la bondad de Dios la que nos lleva al arrepentimiento. No es el miedo, la culpa ni la obediencia a las reglas, la que nos lleva a Dios. Es Su bondad. Aun así, no debemos responder a esa bondad con indiferencia. Pablo advierte que cuando rechazamos la invitación de Dios y endurecemos nuestro corazón, no solo nos alejamos, sino que acumulamos ira para nosotros mismos. La misma bondad que se supone nos acerca a Dios se convierte en la advertencia que hemos ignorado.
Este es el mensaje de la cruz: Jesús derramó su sangre para que pudieras ser perdonado y justificado ante un Dios santo. Su sacrificio es el único camino. La puerta está abierta, pero no permanecerá abierta para siempre. ¿Vendrás antes de que sea demasiado tarde?
Oración:
Señor, gracias por tu paciencia y bondad que nos llama al arrepentimiento. Ablanda nuestros corazones y ayúdanos a responder a tu gracia antes de que sea demasiado tarde. En el nombre de Jesús, amén.
“Papá Frenchy fue salvo esa noche de avivamiento”. El 5 de septiembre de 1959, esas palabras cambiaron todo para mis padres, Bob y Minnie, quienes eran jóvenes, recién casados y llenos de sueños. Durante años, habían orado por el padre de Minnie, Slim French, un hombre endurecido y atrapado en la adicción y la decepción. Pero esa noche, en una pequeña iglesia de Indiana, ocurrió algo milagroso. El evangelio transformó la vida de esta familia. Mi abuelo se puso de pie y, entregó su vida a Jesús. Desde ese momento, fue un hombre diferente. Se acabó la adicción al alcohol, se acabó el esconderse, se acabó el huir.
Así que, si estás orando por alguien que parece estar demasiado perdido o atrapado en una adicción, no te rindas. Dios sigue transformando vidas. Él te escucha y responde. La mejor noticia de tu vida podría estar más cerca de lo que crees.
Un estudio devocional de 30 días con Mark Jobe
Como seguidores de Cristo, nuestra fe es esencial para saber quiénes somos. En Pasos Audaces tenemos como objetivo principal ayudarte a avanzar firmemente en tu caminar con Dios, paso a paso.
Es por eso que, junto a todo el equipo de Hoy en la Palabra, hemos creado Pasos Audaces con Jesús, un estudio devocional de 30 días. Con este nuevo recurso podrás conocer las perspectivas que el Dr. Mark Jobe ha desarrollado en su larga trayectoria pastoral. Además de ser el actual presidente del Instituto Bíblico Moody, Mark es anfitrión del programa de radio Pasos Audaces. Esta reflexión devocional diaria te ayudará a mantener tu mente centrada en la Palabra de Dios y tus ojos enfocados en Cristo. Confiamos que tu corazón se renueve y tu fe se fortalezca, a medida que caminamos juntos en este desafiante viaje de 30 días.