This site uses cookies to provide you with more responsive and personalized service and to collect certain information about your use of the site.  You can change your cookie settings through your browser.  If you continue without changing your settings, you agree to our use of cookies.  See our Privacy Policy for more information.

Perdonar y olvidar

 

 

”El perdón no es sólo para la persona que te hizo daño. Es también para ti.”

—Mark Jobe

Pasos Audaces en esta semana


“Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias y toda forma de malicia. Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.” (Efesios 4:31–32).

Un pastor amigo mío compartió una anécdota divertida desde el púlpito. Mientras predicaba sobre el perdón, preguntó a la congregación: "¿Cuántos de ustedes han tenido que perdonar a un enemigo recientemente?". Todas las manos se alzaron, excepto la de una anciana sentada en la primera fila. Intrigado, mi amigo le preguntó: "¿No ha tenido que perdonar a nadie últimamente?". Ella sonrió con picardía y respondió: "¡No, ya los sobreviví a todos!".

La verdad es que muchos de nosotros no logramos realmente “sobrevivir” a quienes nos han herido. La vida, con su incesante vaivén, nos ofrece una y otra vez la oportunidad de perdonar a amigos, familiares, colegas e, incluso, a completos desconocidos. Algunas ofensas son leves y se desvanecen pronto. Otras dejan marcas profundas, cicatrices que parecen resistirse a sanar con el tiempo. Tal vez, alguien habló mal de ti, te abandonó en un momento crucial o traicionó tu confianza. En esos instantes, aferrarse al enojo puede parecer lo más justo, incluso necesario. Sin embargo, el apóstol Pablo nos recuerda en su carta a los Efesios que el rencor no castiga al otro. Más bien, envenena nuestro propio corazón. Perdonar no es olvidar. Es liberarse.

El perdón no es para la persona que te lastimó, es para ti. Cargar con la falta de perdón puede robarte la paz, la alegría, y dificultar tu conexión con Dios. Clara Barton dijo una vez ante una ofensa dolorosa: «Recuerdo claramente haberla olvidado». ¡Qué imagen tan poderosa! Podemos recordar el dolor, pero podemos elegir no abrazarnos a él. El perdón no comienza con cómo nos sentimos, sino con nuestra disposición a obedecer. Perdonamos a los demás porque hemos sido perdonados. Extendemos gracia no porque sea fácil, sino porque es lo que Jesús hizo por nosotros en la cruz.

Si hoy te resulta difícil perdonar, no empieces por tus emociones. Comienza con una oración. Pídele a Dios que toque tu corazón, que lo ablande con Su gracia. Menciónale tu dolor, muéstrale tu herida. Preséntale la ofensa con sinceridad, y entrégasela con confianza. Porque solo Cristo puede hacer lo que nosotros no podemos: sanar lo que duele y liberarnos del peso que no fuimos hechos para cargar.

Oración:

Amado Dios, reconozco que a veces no tengo el deseo de perdonar, pero en mi corazón anhelo obedecerte. Te entrego esta herida que aún duele y te pido que me ayudes a soltar lo que no puedo cargar solo. Confío en que Tú sanarás todo el daño y traerás paz donde ahora hay dolor, amén.

Para más Pasos Audaces, visita este enlace


Información sobre el ministerio de Mark


Mi esposa Dee y yo celebramos recientemente 39 años de un matrimonio lleno de bendiciones. A lo largo de estas casi cuatro décadas, hemos compartido incontables risas, disfrutado de innumerables tazas de café bien cargado y procurado saborear cada instante juntos. La vida nos ha regalado el privilegio de criar a tres hijos maravillosos y de ver crecer a cinco nietos que han llenado nuestro hogar de alegría, travesuras y amor. Cada año ha sido un testimonio de la gracia de Dios, del compromiso mutuo y de la belleza de caminar juntos, día tras día.

Estoy profundamente agradecido por el privilegio de haber servido a Dios junto a Dee, tanto en el Instituto Bíblico Moody como en la Iglesia Nueva Vida. Ha sido un honor caminar juntos en el ministerio, hombro a hombro, compartiendo la misión de llevar esperanza y verdad a otros. Casi cuatro décadas después, mi corazón rebosa gratitud por cada paso dado a su lado. Si el Señor lo permite, anhelo seguir caminando muchos años más con ella, tomados de la mano, confiando en el Dios que ha sido fiel en cada estación de nuestra historia. Celebro el camino que aún nos espera . . . y al Dios que nunca ha dejado de guiarnos.


Pasos audaces con Jesús

Pasos Audaces con Jesús: Devocional

Dr. Mark Jobe

Un estudio devocional de 30 días con Mark Jobe

Como seguidores de Cristo, nuestra fe es esencial para saber quiénes somos. En Pasos Audaces tenemos como objetivo principal ayudarte a avanzar firmemente en tu caminar con Dios, paso a paso.

Es por eso que, junto a todo el equipo de Hoy en la Palabra, hemos creado Pasos Audaces con Jesús, un estudio devocional de 30 días. Con este nuevo recurso podrás conocer las perspectivas que el Dr. Mark Jobe ha desarrollado en su larga trayectoria pastoral. Además de ser el actual presidente del Instituto Bíblico Moody, Mark es anfitrión del programa de radio Pasos Audaces. Esta reflexión devocional diaria te ayudará a mantener tu mente centrada en la Palabra de Dios y tus ojos enfocados en Cristo. Confiamos que tu corazón se renueve y tu fe se fortalezca, a medida que caminamos juntos en este desafiante viaje de 30 días.


¡Dona Ahora!