This site uses cookies to provide you with more responsive and personalized service and to collect certain information about your use of the site. You can change your cookie settings through your browser. If you continue without changing your settings, you agree to our use of cookies. See our Privacy Policy for more information.
18 de octubre del 2021 | Números 12
Antes de ser apedreado como el primer mártir de Cristo, Esteban dio un elocuente resumen de la historia judía. Así es como describió la actitud del pueblo hacia Moisés, su líder más venerado: “Nuestros antepasados no quisieron obedecerlo a él, sino que lo rechazaron. Lo que realmente deseaban era volver a Egipto” (Hechos 7:39).
Durante el Éxodo, Moisés enfrentó la oposición frecuente de su propio pueblo. En la lectura de hoy, fue desafiado por su hermano: Aarón, el sumo sacerdote, y Miriam, una profeta (Éxodo 15:20) y probablemente la principal líder femenina en Israel. ¿Qué provocó el conflicto? Una combinación de racismo, celos y orgullo.
Miriam y Aarón no aprobaron de la esposa cusita de Moisés. No es claro si se trataba de Séfora u otra esposa, pero era étnicamente diferente (Cus estaba en Arabia o en el norte de África) y probablemente tenía la piel más oscura. Algunos eruditos piensan que esta razón fue simplemente un pretexto, pero no hay ninguna indicación de eso en el pasaje. El prejuicio racial de los hermanos se convirtió en chisme hostil (v. 1).
Miriam y Aarón también estaban celosos de la relación especial de Moisés con Dios (v. 2). ¿Por qué debería ser el único en hablar por Dios? se preguntaron. Puede haber una conexión aquí con la comisión de los 70 ancianos que acababa de tener lugar (Números 11: 24–30), pero a través de su lente de orgullo vieron orgullo en los demás. Para que conste, su acusación no era cierta: Moisés era muy humilde, más humilde que cualquier otro sobre la tierra” (v. 3).
Dios defendió a Moisés, sirviendo como abogado y juez. Aarón se arrepintió rápidamente, mientras que Miriam fue castigada con una enfermedad de la piel. Sorprendentemente, Moisés intercedió en su favor y Dios le concedió un castigo menor (vv. 13–15). Esta respuesta misericordiosa mostró que Moisés compartía el corazón de Dios por los pecadores.
|
|
|
|
POR BRAD BAURAIN |
|
El Dr. Brad Baurain ha trabajado como escritor y editor de Today in the Word desde 1993. Actualmente, se desempeña como profesor asociado y director del programa TESOL en Moody Bible Institute. Brad tiene el privilegio único de tener un título de cuatro universidades diferentes (incluida Moody). También ha enseñado en China, Vietnam, Estados Unidos y Canadá. Brad y su esposa, Julia, tienen cuatro hijos y residen en Munster, Indiana. |