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23 de Junio del 2021 | Salmos 97; Salmos 98
Las democracias occidentales están profundamente divididas políticamente. Una razón es que muchas personas ven las victorias políticas como su principal fuente de esperanza para la nación. Cuando su partido gana las elecciones, se sienten eufóricos. Cuando su candidato de elección es derrotado, se desesperan.
La lectura de hoy nos brinda la buena noticia de que no es una persona humana quien finalmente decidirá nuestro futuro. La buena noticia es que “el Señor es rey” (97:1). Mientras que los humanos actúan como si tuvieran el control, el Salmo 97 nos recuerda que Dios creó el universo y nos dirige a adorarlo solo a Él (v. 6).
También debemos nombrar y denunciar a los ídolos que compiten por nuestra fidelidad y lealtad (v. 7). Dios no tendrá rival. Para Israel, esto significó evitar la adoración de Baal y Asera, los dioses de la cultura que los rodeaba. Si bien la mayoría de las personas en la cultura occidental de hoy no se sienten tentadas a inclinarse ante un ídolo literal, a menudo vivimos como si el poder, el dinero, la fama o las posesiones materiales fueran las cosas más importantes de la vida. Nadie debería adorar a Dios con alabanza plena y aferrarse a los ídolos al mismo tiempo.
El tipo de alabanza que nos muestra el Salmo 97 es humillante. Nos pone en nuestro lugar y nos recuerda que no somos Dios. Más bien, le debemos nuestra lealtad solo a Dios. Cuando abrazamos esa verdad, podemos regocijarnos en Su gobierno fiel en el presente, incluso mientras esperamos que se establezca Su gobierno definitivo en los cielos y la tierra nuevos (98:9). Reconocer el hecho de que Dios reina debería llevarnos a regocijarnos (97:8). Podemos regocijarnos porque sabemos que Dios es misericordioso y justo.
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POR RYAN COOK |
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Ryan Cook es profesor asociado de Antiguo Testamento y Hebreo en Moody Theological Seminary. Ha trabajado en el campo de la educación cristiana y fue pastor en Michigan durante siete años. Ryan, su esposa Ashley y sus tres hijos residen en el noroeste de Indiana.
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