This site uses cookies to provide you with more responsive and personalized service and to collect certain information about your use of the site. You can change your cookie settings through your browser. If you continue without changing your settings, you agree to our use of cookies. See our Privacy Policy for more information.
12 de Julio del 2021 | Isaías 53
Para las ovejas que se desvían del pastor, el peligro es inminente. Todo tipo de daño, incluso la muerte, podría ser las consecuencias de una oveja que vaga lejos de su pastor. Pero si el Señor no es nuestro pastor, ¿cuál es la consecuencia de elegir deliberadamente no seguirlo? Para el terror de muchos, solo hay una consecuencia: la muerte. Las Escrituras comparan a los que confían en sí mismos “como ovejas están destinadas al sepulcro; donde la muerte será su pastor” (Salmos 49:12–14 NTV).
Debido al pecado, la muerte es el destino común de la humanidad. La declaración de Isaías sobre nuestra condición pecaminosa es clara: “Todos andábamos perdidos como ovejas, cada uno seguía su propio camino” (v. 6a). El pecado y la muerte han sido universales desde que Adán y Eva eligieron la desobediencia y dejaron el camino de Dios, el único camino correcto y verdadero. Por nuestra cuenta, como seguramente todos sabemos, nosotros (como ovejas) somos propensos a vagar. “Cada uno seguía su propio camino”, o para actuar como nuestro propio dios.
A pesar de nuestra pecaminosidad, Dios nos amó tanto que “el SEÑOR hizo recaer sobre él la iniquidad de todos nosotros” (v.6b). Los versículos 4 y 5 describen en detalle gráfico cómo Cristo cargó con nuestros pecados y pagó el castigo de muerte en nuestro lugar. En la ley mosaica, los pecados de la nación fueron transferidos simbólicamente de un par de cabras a otor cabrito para el sacrificio. Ese “chivo expiatorio” designado era enviado fuera del campamento al desierto (Levítico 16:7–10). De la misma manera, los pecados del mundo fueron puestos sobre el Mesías perfecto. Cristo fue ejecutado como un criminal en nuestro nombre (véase 1 Pedro 2:21–25).
El otro cabrito era sacrificado como ofrenda por el pecado. El Mesías también logró este simbolismo. “Como cordero, fue llevado al matadero” (v. 7). Fue de buena voluntad, sin discutir ni quejarse. No protestó por la evidente injusticia. Estas profecías se cumplieron durante los sufrimientos de Jesús que se relata en los Evangelios (véase Marcos 14:53–65).
|
|
|
|
POR BRAD BAURAIN |
|
El Dr. Brad Baurain ha trabajado como escritor y editor de Today in the Word desde 1993. Actualmente, se desempeña como profesor asociado y director del programa TESOL en Moody Bible Institute. Brad tiene el privilegio único de tener un título de cuatro universidades diferentes (incluida Moody). También ha enseñado en China, Vietnam, Estados Unidos y Canadá. Brad y su esposa, Julia, tienen cuatro hijos y residen en Munster, Indiana. |