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21 de enero de 2021 | Juan 8:1–11
Imagínate la escena: una mujer está siendo arrastrada por la fuerza al patio del templo, empujada frente a este hombre al que muchos llamaban el Gran Maestro. Jesús la miró, sabiendo que había sido acusada de adulterio y también sabiendo todo lo demás sobre ella. Su vida importaba. Jesús también estaba consciente de que los otros “maestros de la ley” y los fariseos estaban tratando de atraparlo.
Podemos estar seguros de que la mujer sintió pena y vergüenza por haber sido sorprendida en adulterio y arrastrada delante de Jesús. Lo que pensaba hacer en secreto ahora había sido expuesto a todos en su comunidad. Su familia la repudiaría y los líderes religiosos le darían la espalda. Probablemente, como había sucedido la mayor parte de su vida, simplemente estaba siendo utilizada, una vez más. Esta vez, era un peón en el truculento juego de los fariseos para atrapar a Jesús (v. 6). Si Él pedía que la apedrearan, estaría desafiando al gobierno romano. Y si Él la dejaba ir en libertad, estaría desobedeciendo la ley hebrea.
Sin embargo, a diferencia de los fariseos, Jesús vio a esta mujer por lo que realmente era: un ser humano que importaba por su gran valor. Su respuesta a la multitud fue simple, pero convincente: “Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra” (v. 7). Uno a uno, la multitud desapareció. Según la ley, una persona puede ser condenada a muerte solo con dos o más testigos, pero ya no había ninguno. Jesús ahora podía liberarla y aún obedecer la ley mosaica. Ella se encontró libre y se fue sabiendo que su vida le importaba a Jesús.
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POR EL DR. CHRIS RAPPAZINI |
El Dr. Chris Rappazini es profesor asociado y director de los programas de licenciatura y postgrado en Estudios Pastorales del Instituto Bíblico Moody y del Seminario Teológico Moody. Es el vicepresidente de la Sociedad Evangélica de Homilética. Con anterioridad, fue ministro asociado para la predicación y enseñanza de Southside Christian Church en Spokane, Washington. Chris, su esposa Ashley y sus tres hijos residen en el noroeste de Indiana. |