This site uses cookies to provide you with more responsive and personalized service and to collect certain information about your use of the site. You can change your cookie settings through your browser. If you continue without changing your settings, you agree to our use of cookies. See our Privacy Policy for more information.
6 de Agosto del 2021 | Oseas 2:16–23
Recientemente leí una historia de una mujer que se hace llamar “La esposa restaurada”. Ella y su esposo soportaron años de amargas discusiones, bancarrota, una infidelidad e incluso un divorcio. Ella estaba planeando quitarse la vida cuando Dios intervino y la guio al libro de Oseas. Dios usó la historia de Oseas para mostrarle cómo puede ser el perdón. Finalmente, ella y su esposo se volvieron a casar. “Mi testimonio no es bonito”, escribe. Pero quiere que los demás sepan que “nunca están demasiado lejos . . . para volver a casa”.
El pasaje de hoy describe una transformación aún mayor en la intimidad entre Dios y Su pueblo. Se dan tres promesas increíbles “en aquel día”, aunque no se le dice al lector cuándo será “aquel día”. La primera promesa de “en aquel día” reafirma el estado de la relación de Israel ante Dios (v. 16). Se lee como un voto matrimonial: “Me dirás 'esposo mío'”. Israel ya no confundirá a Dios con Baal.
Con la segunda promesa “en aquel día” (v. 18), Dios restablecerá una relación de pacto entre Su pueblo y la naturaleza. También eliminará todas las señales de guerra, para garantizar seguridad. Implica un regreso a las condiciones del Jardín del Edén. Y Dios declara Su compromiso eterno basado en Su carácter de rectitud, justicia, amor, compasión y fidelidad (vv. 19–20).
La promesa final de “en aquel día” vuelve al tema de la fertilidad (v. 21). Dios restaurará una relación equilibrada entre la lluvia, la tierra y la semilla. Dios hará lo que Baal nunca pudo hacer: empoderar a la tierra para producir. Por último, la renovación del compromiso tanto de Dios como de Su pueblo se describe como una ceremonia de renovación de votos. En ese día, Dios dirá amorosamente: “Tú eres mi pueblo, y él dirá: Tu eres mi Dios” (v.23 LBLA).
|
|
|
|
POR KELLI WORRALL |
|
Kelli Worrall es profesora de comunicación y catedrática en el departamento de Música, Artes y Medios del Instituto Bíblico Moody. Es autora de dos libros, uno junto a su esposo Peter. Es graduada de Cedarville University (BA), con estudios de postgrado enTrinity Evangelical Divinity School (MRE) y Roosevelt University (MFA). Ella y su esposo son conferencistas regulares en eventos y retiros. Viven en el noroeste de Illinois con sus dos hijos. |